III. Otras disposiciones. MINISTERIO DE SANIDAD. Medicamentos. (BOE-A-2024-202)
Resolución de 26 de octubre de 2023, de la Dirección General de Salud Pública, por la que se valida la Guía para la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos sujetos a prescripción médica por parte de las/los enfermeras/os: fiebre.
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Miércoles 3 de enero de 2024

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de medicamentos (refrendado por el Tribunal Supremo mediante Sentencia de 3 de
mayo de 2013) 4.
Por tanto, los contenidos descritos en esta guía pretenden ser una ayuda a los/las
profesionales para mejorar los resultados en salud de las personas que atienden, a través
de una atención sanitaria integral, segura, colaborativa, de calidad, basada en la evidencia
y centrada en la persona. A tal efecto, los criterios para la selección de la guía a
desarrollar han sido la incidencia o prevalencia de las situaciones clínicas que abordan, la
garantía de seguridad clínica en la aplicación de las guías y el valor añadido que pueda
aportar un abordaje, precoz, equitativo y colaborativo de los síntomas y situaciones de
salud a los que estas guías se refieren. Asimismo, se ha tenido en cuenta la existencia de
guías y/o protocolos elaborados y desarrollados previamente por las CC. AA.
La aplicación de esta guía en la práctica asistencial ha de suponer, además, la
optimización de las competencias profesionales de las/los enfermeras/os y el desarrollo
de actuaciones de valor consistentes en:
– Educar a la persona y/o al cuidador/a en el manejo del tratamiento farmacológico y
de los cuidados asociados.
– Establecer estrategias para mejorar la adherencia terapéutica a la medicación a
través del seguimiento y control del tratamiento y monitorización de los resultados en
salud.
– Detectar e informar de efectos adversos relacionados con el tratamiento
farmacológico.
– Realizar un seguimiento con el objetivo de prevenir la aparición de complicaciones
asociadas al tratamiento y a la propia patología.
– Facilitar la accesibilidad para las actuaciones relacionadas con la medicación
evitando o reduciendo citas innecesarias o demoras para el inicio, prórroga, modificación
o interrupción de tratamientos.
– Reducir la variabilidad en la práctica clínica, adecuando y actualizando esta guía y
los protocolos que se deriven de la misma en base a las últimas evidencias disponibles.
– Maximizar la eficiencia y efectividad de la atención sanitaria y los tratamientos que
se derivan de la misma.
La fiebre es uno de los síntomas más comúnmente abordados en el ámbito sanitario,
tanto en el ámbito hospitalario como en Atención Primaria y en personas adultas y
niños/as, siendo el principal motivo de consulta en las urgencias de pediatría, y el
segundo en Atención Primaria 5-8. La fiebre, una elevación de la temperatura corporal
central por encima del rango diario de un individuo, es un rasgo característico de la
mayoría de las infecciones, pero también se manifiesta como síntoma en varias
enfermedades no infecciosas, como las enfermedades autoinmunes y autoinflamatorias
o en los procesos oncológicos y neoplásicos 9-11.
A pesar de que la mayoría de las enfermedades febriles están asociadas con
infecciones autolimitadas de origen viral, desarrollan características distintivas que
conducen a un diagnóstico o se resuelven antes de que se pueda hacer un diagnóstico,
es fundamental determinar el origen y la etiología del proceso diagnóstico y
terapéutico 9,10. La característica más crítica de la evaluación de una persona con fiebre
de origen desconocido es realizar una valoración médica con anamnesis, examen físico
detallado y pruebas de diagnóstico y reevaluar al paciente con frecuencia 12,13.
Independientemente del origen y el estudio del mismo, la bibliografía recomienda
tratar la fiebre para reducir los síntomas como cefalea, mialgia y artralgias o para
prevenir complicaciones. Teniendo en cuenta la relevancia clínica de establecer la
etiología, la decisión de reducir la fiebre con antitérmicos asume que no hay beneficio
diagnóstico al permitir que la fiebre persista, y permite en pacientes sin
contraindicaciones para los antitérmicos, el control del síntoma, la prevención de
complicaciones y mejorar el confort del paciente 8-14.
El seguimiento del tratamiento con antitérmicos es una práctica habitual de las/los
enfermeros/os en el ámbito de sus competencias, tanto en Atención Primaria como en el

cve: BOE-A-2024-202
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