III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE EXTREMADURA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2023-8574)
Resolución de 27 de febrero de 2023, de la Consejería de Cultura, Turismo y Deportes, por la que se incoa expediente de declaración de bien de interés cultural a favor del "Poblado de Zamarrillas", en el término municipal de Cáceres, con la categoría de sitio histórico.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Martes 4 de abril de 2023

Sec. III. Pág. 49932

utilizada por los dueños de las dehesas, pastores y agricultores, para los pequeños
desplazamientos entre caseríos o entre estos y la Poblado o villa inmediata, caminos en
los que circula en carro o caballo, y sobre todo a pie.
Aspectos demográficos
Los datos sobre la población que llegó a alcanzar la Poblado no son tampoco muy
concisos, por su condición de arrabal cacereño, frecuentemente en censos y recuentos
de la población de la Villa incluye también la de lugares de ella dependientes, pero en la
mayoría de los casos sin especificar.
Los censos constituidos con finalidades fiscales son los llamados padrones de
moneda forera. Así, en el año 1608, figuraban entre el total de habitantes de Cáceres, 31
vecinos de «fuera del pueblo» y 14 vecinos de Zamarrillas. Por tanto, a principios del
siglo XVII, la población de este Poblado rondaría los 70 habitantes, superándose, al
parecer ampliamente, esta cifra a finales del mismo siglo, y en las primeras décadas del
siglo XVIII, en el que componían la población más de 200 personas, pues en el recuento
de Campoflorido de 1717, a pesar de no ser muy fiable, se da para Zamarrillas una
población de 47 vecinos. El siglo XVIII es el momento de mayor esplendor en la historia
del arrabal, ya que a partir de ese momento es seguro que se produce un continuado e
irreversible descenso demográfico como consecuencia de ser terreno de señorío, con
muy poca atención a los habitantes del poblado, que debían contribuir con impuestos a
pesar de arrendarse las tierras a cultivadores forasteros. La población del poblado se
redujo a menos de la mitad en tan sólo unas décadas.
Juan Sanguino ofrece algunos datos interesantes de esta época (1790), referidos a
Zamarrillas, sobre todo, acerca de la miseria y dificultades por las que pasaban sus
moradores: «Hay 22 vecinos y ningún noble: uno solo es labrador que cultiva tierras
arrendadas y los demás son jornaleros. De este pueblo que algunos llaman arrabal de la
villa de Cáceres y otros heredamientos, sus tierras son aprovechadas por sujetos
hacendados de forma que sus habitadores carecen de todo: ni tienen ejido ni partido ni
montes, y con las tierras de labor se arriendan por los herederos a los que no son
vecinos ni habitadores del pueblo».
Ya en el libro de yerbas de 1731, en la dehesa de la Zafra, se adjudica un partido de
labranza para Zamarrillas de 793 fanegas, pero siempre sin beneficio para los
pobladores. Así no es de extrañar el paulatino abandono del poblado, cuya supervivencia
constituiría un suplicio al menos desde un siglo atrás. Sus habitantes, sin duda,
marcharían a la Villa en busca de mejores perspectivas de vida, sumiendo al caserío en
el abandono en el que se encuentra desde hace doscientos años.
El hecho cierto es que Zamarrillas languideció, desapareciendo, de forma casi
definitiva, su siempre escasa población con motivo de un episodio que relatan varios
autores, como Madoz, el Conde de Canilleros, Velo y Nieto, etc, eso sí, todos con la
misma parquedad de datos, que el Poblado fue arrasado por los franceses en la Guerra
de la Independencia.
Tipología de la casa de campo en Cáceres
En una primera época, se construyen en el campo cacereño castillos y torres con
una función militar o al menos disuasoria. Desde finales del siglo XV, se unen a estos
cometidos los de tipo residencial y económico, constituyéndose como centros de la
explotación agropecuaria y emblema del poder y riqueza de sus dueños. Muchos se
completan desde entonces con nuevas dependencias residenciales y otras para el
recogimiento de cosechas y ganado. Más adelante, estas funciones, residencial y
económica, seguirán unidas en todas las grandes casas de campo, aunque sus modelos
y soluciones arquitectónicas evolucionan con el paso del tiempo.

cve: BOE-A-2023-8574
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Núm. 80