III. Otras disposiciones. COMUNITAT VALENCIANA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2021-8508)
Decreto 56/2021, de 23 de abril, del Consell, de declaración de bien de interés cultural, con la categoría de zona arqueológica, el yacimiento de «Cabezo Redondo» en el término municipal de Villena.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Núm. 121

Viernes 21 de mayo de 2021

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En líneas generales, se trata de un poblado abierto, sin muralla, con una compleja
organización interna a base de calles y casas (departamentos) formando manzanas
emplazadas en plataformas artificiales para salvar la pendiente. La acusada pendiente
de la ladera obligó a un notable esfuerzo constructivo que corresponde a un planificado
trabajo mediante la construcción de muros que, más o menos paralelos, aterrazan la
ladera, al tiempo que se utilizan como paredes de los propios departamentos. De este
modo, el trasero de cada uno de los departamentos actúa, al mismo tiempo, como
delantero del que se sitúa en la terraza superior. En todos los casos la pared trasera es
siempre la más alta, mientras que la delantera se encuentra en la actualidad al mismo
nivel del suelo o incluso más bajo. Los muros laterales se conservan con diferentes
alturas, siguiendo la propia inclinación de la ladera.
Las canteras que rodean su contorno y las excavaciones han permitido confirmar que
el yacimiento no presenta muros de cierre, a modo de murallas, aunque la última línea
de casas bien pudo haber ejercido esta función.
Las casas se adosan unas a otras ordenando el poblado a modo de manzanas
separadas por calles estrechas y empinadas, por las que también discurría el agua. Se
calcula que pudo llegar a albergar entre 500 y 750 habitantes.
El acceso a los departamentos se realiza a través de estrechas calles dispuestas
siguiendo las curvas de nivel o de trazado zigzageante para las que ascienden por la
ladera. En estas últimas se construyen pequeños muros de piedra a modo de rellanos
para disminuir la fuerza de las aguas, en caso de lluvia, y facilitar la circulación de los
habitantes.
Departamentos.

Fue José María Soler quién utilizó el término departamento para designar los
diferentes espacios delimitados por cuatro muros que, a juzgar por sus elementos
arquitectónicos y materiales arqueológicos, no siempre corresponderían a espacios de
habitación y que, en algunas ocasiones, pudieron utilizarse como talleres, calles o
pequeños lugares de tránsito.
Los 31 departamentos identificados hasta la fecha en «Cabezo Redondo» se
caracterizan por su extraordinaria diversidad, tanto en dimensiones y arquitectura como
por su secuencia estratigráfica, materiales arqueológicos y equipamientos internos.
Reflejan, sin duda, diferentes actividades ya que todos ellos son contemporáneos en
algún momento.
Sugieren la existencia de, al menos, 2 –posiblemente 3– barrios o manzanas de
casas, en las que se detectan diferencias en las actividades domésticas. Sus
dimensiones oscilan desde los apenas 25 m² del Departamento XXI a los más de 100 m²
que alcanza el Departamento XXV.
El interior de las viviendas difiere notablemente de unas a otras. Mientras que en
algunas solo se documentan bancos adosados a la pared trasera y rebajes en el
pavimento a modo de hogares o torteras para preparar los alimentos; en otras, además,
complejos sistemas de bancos de piedra y barro, y también se documentan conjuntos de
hornos y vasares (para trabajar el metal o el barro).
Pese a las diferencias los departamentos presentan similares técnicas constructivas
con muros de tendencia recta, que conforman espacios rectangulares y,
excepcionalmente, cuadrangulares o trapezoidales. Los muros (se conservan en
ocasiones hasta los 2 m de altura) están constituidos por piedras sin desbastar, trabadas
con barro y, a menudo, enlucidas, de rojo o blanco, por sucesivas capas de cal, cenizas,
yeso o arenas compactadas con agua, de las que se conservan múltiples evidencias en
prácticamente todas las estancias.
Estas construcciones, con la excepción de algunas, se apoyan directamente sobre la
roca, lo que sugiere una limpieza del cerro previa a la construcción de los primeros
muros. Tampoco se han detectado zanjas de cimentación en el relleno que se le adosa.

cve: BOE-A-2021-8508
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