III. Otras disposiciones. COMUNIDAD AUTÓNOMA DE GALICIA. Bienes de interés cultural. (BOE-A-2021-7047)
Decreto 235/2020, de 3 de diciembre, por el que se declara bien de interés cultural el monasterio de San Martiño Pinario y se delimita su entorno de protección y el de la Catedral metropolitana, la iglesia de San Francisco do Val de Deus, el Hospital Real y su capilla, el Palacio arzobispal de Gelmírez, la biblioteca pública Ánxel Casal y las sedes del Museo de las Peregrinaciones y de Santiago de Compostela.
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BOLETÍN OFICIAL DEL ESTADO
Jueves 29 de abril de 2021

4.

Sec. III. Pág. 51304

Descripción formal. Componentes y partes integrantes del inmueble

4.1 Situación: El origen de la comunidad cenobítica de San Martiño Pinario se
remonta probablemente a la época del obispo Sisnando I, en los últimos años del s. IX o
primeros del s. X, cuando un grupo de benedictinos se asentó, poco después del
descubrimiento de los restos del Apóstol Santiago, en el lugar llamado Pignario, próximo
a la capilla de la Corticela.
El conjunto abarca desde el límite con el conjunto catedralicio y los palacios
arzobispales al sur, hasta el límite del trazado de la antigua muralla de la ciudad al norte,
ocupando el templo una posición central que separa las construcciones urbanas de las
huertas, en una localización privilegiada por su relación directa con los principales
accesos a la ciudad.
4.2 Iglesia: La iglesia de San Martiño Pinario fue el primer templo que los
benedictinos levantaron en Galicia tras el Concilio de Trento, en la Edad Moderna, y por
eso en ella ensayaron soluciones nuevas que marcarán el posterior desarrollo de las
construcciones de la orden, estableciendo un modelo eclesial de amplia difusión en la
península: un plan de cruz latina de una sola nave con capillas laterales en el cuerpo y
cabecera recta con un amplio presbiterio entre dos sacristías. El proyecto general de la
iglesia fue encargado al portugués Mateo López, que ya había trabajado en otras
abadías benedictinas gallegas.
La fachada de la iglesia del monasterio de San Martiño Pinario, realizada por el
arquitecto luso Mateo López en 1597, presenta un gran retablo pétreo estructurado en
tres cuerpos y tres calles, separadas estas últimas por columnas estriadas con motivos
decorativos y geométricos, en el que se despliega un complejo programa iconológico en
que intervienen profetas, apóstoles y, en el paño central, los más preclaros varones
benedictinos bajo la protección de la Virgen María.
El interior de la iglesia de San Martiño Pinario, diseñado por el mismo arquitecto,
presenta una única nave longitudinal, cubierta con bóveda de cañón de falsos casetones.
En la nave central se abren seis capillas laterales, tres a cada lado de la nave principal,
comunicadas entre sí y cubiertas con bóvedas de cañón casetonadas. La planta se
finaliza con un inusual presbiterio de cabecera recta, menor altura que la nave y grandes
proporciones. A los pies, sobre los dos últimos tramos de la nave, se sitúa el coro alto,
sustentado por una bóveda plana casetonada realizada ya en el siglo XVIII, que presenta
la peculiaridad de la alternancia de piedra y madera que imita piedra para aliviar su peso.
A la muerte de Mateo López, la comunidad religiosa contrata un nuevo arquitecto, el
baezano Bartolomé Fernández Lechuga, que realizará variadas obras en todo el
monasterio, entre las que se encuentra la enorme cúpula sobre pendientes que finaliza el
crucero de la iglesia.
En 1685 se realizarían los balcones laterales que parten del coro alto y llegan hasta
el crucero, apoyados estos en unas increíbles ménsulas con decoración vegetal que se
vuelve humana.
Siguiendo la tradición portuguesa, la capilla mayor de San Martiño presenta un
alargamiento muy pronunciado para lo cual era habitual en España, que fue
aprovechado por los monjes para colocar el retrocoro tras el altar mayor, que también
sirvió para situar bajo el pavimento una cripta panteón destinada a albergar los restos de
los monjes de la comunidad.
A este espacio se accedía a través de una escalera, hoy tapiada, que fue descubierta
en 1991. Así pues, este espacio se convierte en extraordinario, al ser de uso exclusivo
de la comunidad, que comparte sus rezos y cánticos con los monjes que ya no están con
ellos. En este lugar, se encuentra por tanto la sillería de San Martiño Pinario,
estrechamente ligada a la oración y estructurado para respetar la jerarquía tradicional
monástica. Mateo de Prado realizó la obra entre 1639 y 1647, siguiendo modelos de
Gregorio Fernández. Son ciento cuarenta y nueve tableros de nogal, treinta y cinco en la
parte baja, cuarenta y cinco en el alta y los restantes en el guardapolvo o en otros
paneles decorativos en las entradas y rincones. En el eje longitudinal del balcón que
corona el conjunto de sitiales, un retablo de hornacina única con un alto relieve

cve: BOE-A-2021-7047
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Núm. 102